Alias ‘Cherry’ pidió perdón y reavivó dudas sobre el secuestro y asesinato de Javier, Paúl y Efraín
Gustavo Angulo Arboleda, alias ‘Cherry’, ofreció disculpas públicas a los familiares del equipo de El Comercio, secuestrados y asesinados en el 2018 por el Frente Oliver Sinisterra. Pero el acto constituyó una nueva vulneración por parte de la Fiscalía de Colombia.
21.05.2021
Fallas de audio y video, impuntualidad, irrespeto y muchas contradicciones. Estos fueron algunos de los resultados del acto de perdón y reconocimiento de verdad que protagonizó Gustavo Angulo Arboleda, alias ‘Cherry’, la mañana del jueves 20 de mayo, en una reunión telemática.
La fiscal colombiana Jenny Ortiz Ladino y Ángela Caro, de la Fundación Para la Libertad de Prensa como representante de las familias en Colombia, condujeron la sesión transmitida por la plataforma Teams. César Armando Enríquez Martínez, defensor de ‘Cherry’, y el procurador colombiano, Lenín Huertas, también fueron invitados al acto, pero no acudieron.
Con más de veinte minutos de retraso, el acto se inició con la presencia de Galo y Andrea (padre y hermana de Javier Ortega); Carolina, Ricardo, Patricio y Andrés, y Yadira Aguagallo (hija, hermanos, sobrino y pareja de Paúl Rivas); Cristian y Patricio (hijos de Efraín Segarra).
En sus palabras de apertura, Ricardo Rivas dijo que la motivación principal de los familiares de Javier, Paúl y Efraín para que alias ‘Cherry’ se someta a este acto de perdón es la verdad de los hechos. “No nos gustaría una verdad a medias ni tampoco una verdad camuflada sino una verdad íntegra”, dijo Rivas, mientras el procesado asentía con movimientos de su cabeza, apoltronado en una silla plástica blanca, dentro de un habitáculo de la Penitenciaría Central La Picota, en Bogotá. Sin embargo, lo que escucharon los familiares durante más de una hora constituyó una serie de contradicciones e imprecisiones en medio de interferencias técnicas que nadie se empeñó en corregir. Como una “revictimización” calificaron a la diligencia.
Pero, a pesar de lo confuso de sus declaraciones y de las deficientes condiciones técnicas, algunos detalles revelados por alias ‘Cherry’ llamaron la atención. Entre ellos, su confirmación de que el secuestro tuvo lugar en territorio ecuatoriano y no en Colombia, como lo aseguró el procurador general de la Nación de Ecuador, Íñigo Salvador Crespo, en una audiencia realizada en la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, en diciembre del 2019. Alias ‘Cherry’ aseguró esta vez que el secuestro ocurrió en Ecuador y lo repitió en varias ocasiones.
Sobre este momento del caso, Gustavo Angulo Arboleda aportó un detalle adicional. Dijo que los tres miembros del equipo de El Comercio transitaban en la camioneta en busca de información sobre los atentados que habían ocurrido horas y días antes por la zona, que en un punto se detuvieron, bajaron de la camioneta y preguntaron. Entonces, según dijo, habrían sido engañados con la oferta de que podrían entrevistar a ‘Guacho’, cuando lo que verdaderamente quería el líder del FOS era usar a los periodistas para, a través de ellos, dirigirse al presidente Lenín Moreno. Según el testimonio del procesado, solo después de cruzar el río Mataje esa noche del 26 de marzo les habría informado el mismo ‘Guacho’ que estaban secuestrados.
Alias ‘Cherry’ dijo no haber estado de acuerdo con el secuestro. “No sé por qué decidieron secuestrarlos”, exclamó y añadió que ‘Guacho’ “perdió la mente”. La orden que este procesado, según sus palabras, había recibido de parte de su líder era: “Ecuatoriano que llegara por esa frontera que los diera de baja”. Pero explicó que ‘Guacho’ le hablaba de “vendedores, comerciantes”, no periodistas. La orden de que detuvieran al equipo de El Comercio se debió -dijo- a que “estábamos en conflicto con el ejército ecuatoriano por culpa del Presidente [Moreno]”.
Otro de los detalles llamativos de sus revelaciones tiene que ver con que la camioneta de Efraín Segarra, en la que se movilizaba el equipo de prensa, habría sido “movida” del lugar donde los periodistas la dejaron, por elementos del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional (GOE) “al día siguiente” del secuestro. En su testimonio, Gustavo Angulo Arboleda, alias ‘Cherry’, aseguró que el vehículo no habría quedado en el poblado de Mataje -donde supuestamente se lo encontró, de acuerdo con la versión oficial-, sino en algún otro lugar no determinado con precisión, y que para moverlo hubo incluso “helicópteros”. Ante una nueva pregunta sobre este asunto, esta vez por parte de la fiscal Ortiz Ladino, alias ‘Cherry’ reiteró que la fuerza pública de Ecuador movió la camioneta. ¿Cómo lo sabe?, le preguntaron. “Porque yo estaba ahí en el sitio”. El declarante detalló que hubo “un helicóptero con el que la iban a levantar”, luego dijo que “la botan ahí y salen”, para explicar el destino del vehículo.
Este hecho narrado por alias ‘Cherry’ contrasta también con lo que se registra en el expediente del caso, que determina que el operativo para remover la camioneta tuvo lugar el 29 de marzo del 2018, no el 27.
Sobre este testimonio en particular, cabe recordar que las investigaciones hasta el momento no han logrado determinar resultados claros que se reflejen en un informe sobre cómo fue hallada la camioneta ni sobre las huellas dactilares halladas en sus superficies.
Pero eso no es todo. Angulo Arboleda aseguró que la decisión de asesinar a Javier, Paúl y Efraín fue resultado de una amenaza y de un ultimátum del presidente Lenín Moreno. Según sus declaraciones, Moreno habría dado 8 días de plazo a alias ‘Guacho’ para que libere al equipo periodístico y le habría dicho que el gobierno ecuatoriano no liberaría -como parte del canje que se negociaba por esos días- a los hombres del Frente Oliver Sinisterra detenidos en Ecuador. Es decir, el canje que presuntamente estaba en proceso de negociación, habría sido desechado por decisión unilateral del Mandatario ecuatoriano.
Si las investigaciones periodísticas sobre el caso, que aseguran que el asesinato habría ocurrido el 7 de abril del 2018, son ciertas, este ultimátum por parte del gobierno de Moreno habría ocurrido en un rango comprendido entre los ocho días previos. Pero en el expediente en el que constan los chats entre miembros de la Policía ecuatoriana y ‘Guacho’ hay un vacío entre el 27 y el 30 de marzo. Durante esos cuatro días, no hay registros de chats de negociación, aun cuando los términos de esas conversaciones eran progresivamente más tensos y se temía por la vida de los rehenes. Recién el 30 de marzo Ecuador respondió a través de un segundo canal de comunicación, a cargo de Carlos Maldonado Mosquera, un coronel retirado del Ejército al que llamaban ‘doctor Maldonado’. Estos detalles también constan en las investigaciones periodísticas Frontera Cautiva, en los libros Viaje sin regreso y Rehenes.
El Consejo de Seguridad Pública del Estado (Cosepe) sesionó el 28 de marzo, dos días después del secuestro, y según ‘Cherry’, dos días después del secuestro es que se habría emitido el ultimátum de Moreno. El pasado 22 de febrero, mediante un documento oficial, se presentó la negativa por parte del Cosepe a desclasificar la información generada durante las sesiones que se llevaron a cabo por este caso “por su afectación a la Seguridad del Estado”.
Hablando entre dientes, con frases entrecortadas, cubriéndose y descubriéndose la boca con su mascarilla y sin que nadie le exigiera claridad, Angulo dijo que dentro de los planes estaba la posibilidad de la liberación. Que se habló de una comisión de la Cruz Roja a quienes les entregarían los rehenes. También dijo -esto sí con certeza- que el asesinato ocurrió por la noche. “A las ocho de la noche”, calculó. Luego relató que “los enterraron ahí mismo” y repitió que la decisión de asesinarlos fue producto de la supuesta amenaza y ultimátum del presidente Lenín Moreno. Dice que ‘Guacho’ “se loqueó” después de que el presidente Moreno le habría dado el plazo de ocho días para liberarles.
Sin embargo, dijo que él no sabe cómo los disidentes del FOS se enteraban de esas amenazas, solo acepta que el tema del canje era algo de lo que todos hablaban. “No entiendo por qué los mata si hay un canje”, dijo. Poco después bostezó, se estiró, se mostró cansado, como si hablara de algo sin importancia. Cada cierto tiempo miraba por una puerta abierta hacia lo que podría ser un patio y hablaba a gritos con alguien en medio de su declaración.
Alias ‘Cherry’ es uno de los implicados en el caso del secuestro y asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio y guarda prisión en la cárcel de La Picota, en Bogotá, Colombia. “Agarrar y ajusticiar” fue una de las primeras frases que usó en este acto de perdón. Así intentó explicar lo que hacía cuando a inicios del 2018 estaba “a cargo de toda la zona de Mataje”, como miembro integrante del Frente Oliver Sinisterra. Él, asegura, cumplía órdenes de Walther Arízala Vernaza, alias ‘Guacho’.
Según las declaraciones que rindió ante la Fiscalía de ese país y que constan en el expediente, los secuestrados fueron trasladados una y otra vez de uno a otro pueblo, de casa en casa, para tratar de despistar a las autoridades que los habrían estado buscando. Él asegura que solo tuvo contacto con Efraín, Paúl y Javier durante “unos veinte minutos”, que no tuvo responsabilidad en el asesinato y que “el mismo ‘Guacho’, ‘Gringo’, ‘Reinel’, ‘Chuky’, ellos fueron quienes los mataron”.
Este acto se realizó como parte de un preacuerdo suscrito por la Fiscalía General de Colombia y alias ‘Cherry’ para esclarecer las circunstancias en las que se dieron los hechos entre marzo y abril del 2018, y para obtener beneficios en su sentencia. “No los llevé pa’que los mataran -dijo Angulo-, yo también tengo familia… la misma gente que yo me bajaba mató a mi papá, mataron a mi novia”. Pero sus declaraciones no fueron suficientes.
Las familias de Javier, Paúl y Efraín adelantaron a la Fundación Periodistas Sin Cadenas que presentarán un informe negativo al Juzgado Segundo Penal del circuito especializado de Tumaco debido a la falta de condiciones técnicas y a la imposibilidad de obtener información clara y detallada por parte del detenido. Ricardo Rivas añadió que el acto consituyó una nueva revictimización y aclaró que llevarlo a cabo “no es una reparación sino un derecho”.
Yadira Aguagallo, pareja de Paúl Rivas, reaccionó también en su cuenta de Twitter con un hilo en el que se preguntó cuál es el valor del perdón cuando se permite la realización de este acto sin ni siquiera respetar la solemnidad que merece la memoria de las víctimas y el dolor de sus familiares y amigos. “La Fiscalía colombiana una vez más irrespetó a los familiares, pues no garantizó condiciones técnicas necesarias. Puede sonar simple, pero cuando estás frente a la persona que secuestró a tu padre, hermano, hijo, pareja; ver su rostro y gestos, escuchar su voz es importante”.
Publicado el Frontera Cautiva, Nos Faltan Tres |