Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados
Esta fue la primera investigación de largo aliento y multimedia que se publicó en Ecuador y Colombia, y otros 130 países, sobre el crimen contra el equipo periodístico de El Comercio.
25.03.2020
El 23 de octubre de 2018 un consorcio binacional de periodistas publicó los motivos del secuestro y las circunstancias en que el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, de diario El Comercio, fueron ejecutados. La investigación, titulada Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados, reveló detalles que los Gobiernos de Ecuador y Colombia sabían y decidieron no divulgar.
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Esta fue la primera investigación que se publicó tras la tragedia, después de seis meses de reportería. Una veintena de periodistas de Ecuador, Colombia y Francia participaron en el proyecto con el objetivo de que este crimen no quede en la impunidad.
El trabajo incluyó cuatro historias multimedia: Tres vidas perdidas entre demasiadas manos; La historia inconclusa de Javier; El desangre blanco en el río Mataje; y, Militarizar la frontera, medida poco eficaz. El equipo recurrió no solo al texto sino a fotografías, video, audios, un mapa 3D y una línea de tiempo interactiva. La investigación se replicó en 130 medios de todo el mundo y fue traducida a siete idiomas.
En 2019, Frontera Cautiva fue finalista en los prestigiosos premios Gabo. El jurado dijo lo siguiente sobre este trabajo:
Como lo está haciendo cada vez con mayor frecuencia el mejor periodismo del mundo, este es un trabajo ejemplar de colaboración entre periodistas de varios países y medios e incluso con organizaciones de libertad de expresión. Un equipo de 19 periodistas investigó en el lugar de los hechos, entrevistaron o intentaron entrevistar a todos los involucrados y elaboraron la historia final para diversos formatos mediáticos. Además de los socios, al menos otros 13 medios internacionales publicaron la historia simultáneamente.
Solo un esfuerzo colaborativo de esta magnitud consigue subirle realmente el costo de matar a un periodista, y por ello, representa una enérgica defensa de la libertad de expresión y del derecho que tienen los ciudadanos a conocer la verdad.
Frontera cautiva despliega un periodismo que no se conforma con la versión oficial cuando esta deja cabos sueltos. Después de una secuencia de contradicciones, desmentidos y sucesos sin explicación, se decidieron a encontrar la verdad, y la buscaron con método. El trabajo cuestiona claramente, y sin concesiones, la deliberada falta de transparencia de los gobiernos de Colombia y de Ecuador, aún en un asunto tan grave.
Es un trabajo periodístico bien editado, cuidado en la narración tan precisa como conmovedora y con un aporte valioso de videos y fotografías que añaden información y cercanía. Hacen además un excelente uso de los recursos gráficos que subraya el rigor de la investigación.
No era fácil para estos periodistas meterse en un territorio tan riesgoso, como es la frontera entre Colombia y Ecuador, con presencia de diversos actores armados y donde investigar las muertes de los tres periodistas bien podría haberles costado la vida a los investigadores.
Sin embargo, persistieron con coraje. Con este reportaje pusieron luz sobre una frontera que está bajo el imperio de fuerzas criminales, y con problemas de corrupción en la fuerza pública.
Este trabajo periodístico tuvo el apoyo de organizaciones como Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), Forbidden Stories, la Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia (FLIP) y Fundamedios. En la investigación participó, en Colombia, la Liga contra el Silencio y Verdad Abierta y por Ecuador, el colectivo Periodistas Sin Cadenas, que después conformó una fundación con el mismo nombre.
Publicado el Nos Faltan Tres, Especiales |
