Coberturas periodísticas y seguridad móvil

La mochila de un periodista que va a zonas de frontera no solo debe tener una libreta, una grabadora y una cámara. Sobre todo, debe incluir una planificación previa y un protocolo de seguridad para los y las periodistas que son enviados a zonas de conflicto. Esta es una guía rápida y básica de lo que debes tomar en cuenta antes, durante y después de tu viaje, según sugerencias de varias organizaciones internacionales.

Antes

  1. Organizaciones expertas en seguridad y coberturas de riesgo recomiendan estudiar el contexto de la zona donde se realizará el trabajo periodístico. Por ejemplo, tanto Ecuador como Colombia tienen Defensorías del Pueblo que emiten alertas tempranas o tienen delegados en esos lugares que pueden tener información reciente y actualizada. Hablar con colegas de la zona para conocer la situación también es una buena práctica. Ellos podrían conocer los riesgos, las posibles fuentes y a las autoridades que podrían ser útiles para un tema, así como sugerir la documentación que necesita un periodista para el viaje.
  2. Establecer un contacto de monitoreo. Es decir, una persona con la que el periodista o equipo mantendrán comunicación cada cierto tiempo durante la cobertura. Asimismo, es necesaria una lista de contactos a quienes se pueda recurrir desde personal del medio, colegas de otros medios, familiares, organizaciones civiles y sociales, y asistencia legal.
  3. Se recomienda viajar con la identidad digital más «virgen» posible. Eso quiere decir que es importante hacer una buena limpieza de los equipos que vamos a llevar, como el celular y el computador. Lo mejor es hacer copias de contenido y dejarlas en casa o en la oficina. En caso de un secuestro o detención, es mejor que no te encuentren con material que pueda comprometerte a ti, a tu equipo y a tus fuentes.
  4. Organizaciones y periodistas expertos también sugieren llevar dos celulares. Uno de ellos, será para ir al terreno o a las zonas más hostiles y deberá ser muy básico con un tarjeta SIM prepago con los contactos y la información más necesaria. Reporteros sin Fronteras no recomienda llevar móviles inteligentes: «El smartphone, de hecho, puede ser un auténtico espía, pues para conectarse a las redes telefónicas y a Internet, emite de forma permanente suficientes datos como para localizarte». Se recomienda usar apodos para los contactos más sensibles.
  5. Otra sugerencia es tener entrenamientos en primeros auxilios y defensa personal para el equipo periodístico. Las mujeres periodistas deberían conocer cómo reacionar ante una agresión sexual.

Durante

  1. El sentido común, la prudencia y la discreción serán los mejores aliados durante una cobertura de riesgo. Ninguna información vale tu vida. Lo mejor es escuchar a las fuentes previas que has hecho y estar atento a las señales de advertencia o peligro. Los peores consejeros: la adrenalidad y las ganas de una primicia.
  2. Evita estar en compañía de la policía o del ejército. La fuerza pública podría alejar al o la reportera de la confianza de la comunidad. Sobre la vestimenta, esta debe ser ligera y nunca usar prendas que te relacionen con esos actores armados regulares.
  3. Evita las coberturas en las tardes y noches. Una planificación adecuada te permitirá cumplir tus objetivos sin exponerte.
  4. La seguridad de nuestras fuentes también debe ser algo prioritario. Cuando las entrevistes, lo mejor es hacerlo en lugares donde no te conocen ni a ti ni a tu fuente. Se sugiere ser sinceros con las fuentes sobre el objetivo del trabajo periodístico y decirles las consecuencias de lo que va a decir.

Después

  1. Las fuentes arriesgan su vida al contarnos su historia o entregarnos información. Por eso, debemos garantizar su seguridad después de la reportería y asegurarnos que el material periodístico salga en los términos acordados: anonimato, cambio de nombres o fotos/videos sin rostros o elementos que los identifiquen (cambio de voz).
  2. Hay investigaciones que pueden exponer y elevar las situaciones de riesgo de un periodista o de un medio. Aquello podría derivar en situaciones de autocensura. Para evitarlo, una gran opción han sido los trabajos y publicaciones colectivas, que no solo amplían el impacto del trabajo periodístico sino que también son opotunidades para ampliar las redes de apoyo y de seguimiento de los temas.