Coberturas periodísticas y seguridad móvil
La mochila de un periodista que va a zonas de frontera no solo debe tener una libreta, una grabadora y una cámara. Sobre todo, debe incluir una planificación previa y un protocolo de seguridad para los y las periodistas que son enviados a zonas de conflicto. Esta es una guía rápida y básica de lo que debes tomar en cuenta antes, durante y después de tu viaje, según sugerencias de varias organizaciones internacionales.
Las historias
Antes
- Organizaciones expertas en seguridad y coberturas de riesgo recomiendan estudiar el contexto de la zona donde se realizará el trabajo periodístico. Por ejemplo, tanto Ecuador como Colombia tienen Defensorías del Pueblo que emiten alertas tempranas o tienen delegados en esos lugares que pueden tener información reciente y actualizada. Hablar con colegas de la zona para conocer la situación también es una buena práctica. Ellos podrían conocer los riesgos, las posibles fuentes y a las autoridades que podrían ser útiles para un tema, así como sugerir la documentación que necesita un periodista para el viaje.
- Establecer un contacto de monitoreo. Es decir, una persona con la que el periodista o equipo mantendrán comunicación cada cierto tiempo durante la cobertura. Asimismo, es necesaria una lista de contactos a quienes se pueda recurrir desde personal del medio, colegas de otros medios, familiares, organizaciones civiles y sociales, y asistencia legal.
- Se recomienda viajar con la identidad digital más «virgen» posible. Eso quiere decir que es importante hacer una buena limpieza de los equipos que vamos a llevar, como el celular y el computador. Lo mejor es hacer copias de contenido y dejarlas en casa o en la oficina. En caso de un secuestro o detención, es mejor que no te encuentren con material que pueda comprometerte a ti, a tu equipo y a tus fuentes.
- Organizaciones y periodistas expertos también sugieren llevar dos celulares. Uno de ellos, será para ir al terreno o a las zonas más hostiles y deberá ser muy básico con un tarjeta SIM prepago con los contactos y la información más necesaria. Reporteros sin Fronteras no recomienda llevar móviles inteligentes: «El smartphone, de hecho, puede ser un auténtico espía, pues para conectarse a las redes telefónicas y a Internet, emite de forma permanente suficientes datos como para localizarte». Se recomienda usar apodos para los contactos más sensibles.
- Otra sugerencia es tener entrenamientos en primeros auxilios y defensa personal para el equipo periodístico. Las mujeres periodistas deberían conocer cómo reacionar ante una agresión sexual.
Durante
- El sentido común, la prudencia y la discreción serán los mejores aliados durante una cobertura de riesgo. Ninguna información vale tu vida. Lo mejor es escuchar a las fuentes previas que has hecho y estar atento a las señales de advertencia o peligro. Los peores consejeros: la adrenalidad y las ganas de una primicia.
- Evita estar en compañía de la policía o del ejército. La fuerza pública podría alejar al o la reportera de la confianza de la comunidad. Sobre la vestimenta, esta debe ser ligera y nunca usar prendas que te relacionen con esos actores armados regulares.
- Evita las coberturas en las tardes y noches. Una planificación adecuada te permitirá cumplir tus objetivos sin exponerte.
- La seguridad de nuestras fuentes también debe ser algo prioritario. Cuando las entrevistes, lo mejor es hacerlo en lugares donde no te conocen ni a ti ni a tu fuente. Se sugiere ser sinceros con las fuentes sobre el objetivo del trabajo periodístico y decirles las consecuencias de lo que va a decir.
Después
- Las fuentes arriesgan su vida al contarnos su historia o entregarnos información. Por eso, debemos garantizar su seguridad después de la reportería y asegurarnos que el material periodístico salga en los términos acordados: anonimato, cambio de nombres o fotos/videos sin rostros o elementos que los identifiquen (cambio de voz).
- Hay investigaciones que pueden exponer y elevar las situaciones de riesgo de un periodista o de un medio. Aquello podría derivar en situaciones de autocensura. Para evitarlo, una gran opción han sido los trabajos y publicaciones colectivas, que no solo amplían el impacto del trabajo periodístico sino que también son opotunidades para ampliar las redes de apoyo y de seguimiento de los temas.