Esmeraldas, la provincia que se refugia en el silencio
Una de las provincias más pobres del territorio ecuatoriano sucumbe ante la omnipresencia del crimen organizado mientras el Estado permanece prácticamente ausente o se dedica a chantajear a periodistas con pauta publicitaria.
13.07.2022
Desde marzo de 2018, cuando fueron secuestrados los integrantes del equipo periodístico de El Comercio, hasta la fecha, no ha habido acción alguna que impida que el narcotráfico, la minería y la tala ilegales, la trata de personas y la violencia se apoderen de esta zona fronteriza de Ecuador. Pero a estos males se suman las acciones de las autoridades locales que pagan a periodistas de distintos medios para que elaboren piezas publicitarias que les favorezcan, disfrazadas de periodismo.
En Esmeraldas nadie quiere dar la cara para decir lo que pasa. Hacerlo puede costar la vida. Decir la verdad se ha convertido en algo imposible en esta provincia del noroccidente de Ecuador sumida en la pobreza y el abandono históricos.
La Fundación Periodistas Sin Cadenas levantó datos sobre los riesgos que enfrenta el periodismo en esta zona del país y descubrió que las amenazas de muerte por parte de fuerzas irregulares y redes de crimen organizado, así como el silenciamiento de periodistas por parte de autoridades públicas que les pagan por hacer trabajos a su conveniencia, han logrado silenciar casi por completo a la prensa. Según las encuestas y entrevistas registradas por nuestro equipo de investigación, el 65% de las personas que respondieron han recibido amenazas de muerte alguna vez. En Esmeraldas no hay periodismo de investigación.
El silenciamiento que se ha naturalizado en Esmeraldas constituye uno de los vacíos informativos más alarmantes en Ecuador, pues es en este territorio donde más falta hacen coberturas periodísticas en profundidad que develen los conflictos socioeconómicos que cada vez se tornan más graves.
Aunque las autoridades del gobierno de Guillermo Lasso no lo digan públicamente, la provincia de Esmeraldas se encuentra bajo el control de disidencias de las desmovilizadas FARC, narcotraficantes y delincuentes comunes que pugnan por mantener el control sobre las rutas de tráfico de cocaína. Reportes de colegas que viven en la zona o que han realizado coberturas en la provincia dan cuenta de la presencia creciente de grupos irregulares que han desplazado a las fuerzas legítimas estatales y se han apoderado de las dinámicas cotidianas de la población.
Locales comerciales que cierran antes de que caiga el sol, ‘vacunas’ que hay que pagar como condición para mantenerse con vida, asesinatos de los que nadie habla y amedrentamiento constante por parte de gente armada son rasgos de la vida diaria en Esmeraldas. Al mismo tiempo, las autoridades locales han visto en la precariedad laboral de periodistas radicados en la zona la posibilidad de manipular su trabajo y chantajearles con dinero.
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Publicado el Investigaciones, Provincias |